En 1997, un equipo de arquitectos, ingenieros, biólogos y diseñadores comenzó a desarrollar un prototipo de ciudad vertical que albergaría a 100.000 habitantes. Con 1.228 metros de altura y un presupuesto de 15.000 millones de dólares, la llamada Torre Biónica se basa en el análisis del crecimiento, resistencia y transporte de fluidos en la naturaleza. La propuesta, aseguran, no busca batir records de altura sino aportar una solución a los problemas de crecimiento urbano y de racionalización del coste y de la ocupación de la naturaleza. Con objetivos semejantes, otro arquitecto plantea una «supermanzana» para albergar a 10.000 personas.