No quería entrar al trapo, pero al final si no doy mi punto de vista reviento...
A mi no me parece mal que los arquitectos vendan arquitectura. Y diría más, no sólo no me parece mal, si no que me parece estupendo. Prefiero que vendan arquitectura los arquitectos que los fontaneros y los taxistas (por decir algo). Creo que el hecho de que las viviendas de A-Cero salgan en el Pronto y el Hola es bueno para la arquitectura. Todavía recuerdo la serie Corrupción en Miami... el ciudadano de a pie no va a construirse una casa que no haya visto, es necesario una cierta educación en los espacios, la luz... en resumen, que sería fantástico hacer más salones en doble altura, estanterías de suelo a techo, grandes ventanales, lineas puras... en lugar de escaleras salomónicas, 23 baños con palangana, balaustradas barrocas... No olvidemos lo que siempre nos dijeron en la Escuela "no hay buenos proyectos, hay buenos clientes". En la Escuela nos forman bastante bien, especialmente en el sentido estético, en el proyecto de los espacios (no tanto en el aspecto técnico) y la pena, pena, penita, pena es que un porcentaje inmenso de los que pasamos por esta profesión no llegamos a hacer un proyecto del que estar satisfecho en toda la vida profesional
En cuanto a las críticas a otras profesiones que complementan o se solapan con la del arquitecto me parece que sobran. En concreto los arquitectos de interiores, tienen su sitio y su hueco, y si no tienen responsabilidades técnicas es porque no son técnicos, y están acostumbrados a aceptar sin problemas que su trabajo lo asuman los arquitectos. No creo que haya otros profesionales en nuestro sector tan respetuosos con el trabajo del arquitecto, y como ya he dicho, siempre puedes ocupar su espacio si te parece interesante.
Lo que es verdaderamente lamentable, desde mi punto de vista, es la educación generalizada de la sociedad respecto a la labor del arquitecto. Es muy común, yo diría que pasa siempre, que la misma persona que se hace una vivienda proteste, rabie y sufra por pagar 15.000 euros al arquitecto que le diseña la casa, se esfuerza en conseguir que la construyan dignamente, pelee por ahorrarle algún dinero con el constructor, etc, etc. Sin embargo, uno o dos años después, cuando decide cambiar de casa, no le cuesta lo más mínimo pagarle 15.000 euros a la inmobiliaria que realiza ese terrible y denostado trabajo de enseñarla, y cuya mayor responsabilidad se limita al hecho de haber pedido, o no, copia simple registral de la vivienda.
El problema (como con la crisis que vivimos) está en la sociedad. Perdimos el norte.
Saludos.
Pablo .......................... Artesano del 3d...